El poder de los símbolos
Raúl Alexander Almogabar Robles
Byte fue organizador y anfitrión del primer encuentro del Consejo Binacional del Arte (el pasado 9 de mayo de este 2022). La reunión no fue menor, llegaron invitados e invitadas de las dos ciudades hermanas. Estuvieron presentes los dos alcaldes, los dos consulados, regidores, directores, estudiosos de arte, prensa internacional, el sector empresarial y, por supuesto, el equipo de Byte. En el evento se hizo hincapié en la conformación de un distrito de arte que impulsaría el desarrollo económico y bienestar social de toda la región. Un corredor que funcionaría como alianza e intercambio de actividades culturales. Curiosamente, al leer las notas publicadas del evento, entre tantos elogios por la iniciativa, hubo una columna de opinión que cuestionó el cómo las actividades artísticas podrían generar dicho desarrollo. El opinólogo la llamó “anormal”, en pocas palabras, una iniciativa extraña.
Lejos de enumerar las interminables fuentes bibliográficas que podríamos encontrar como evidencia de la importancia de las actividades artísticas en los estudios regionales del desarrollo económico y bienestar social (las cuales agregué al final del documento para que el lector las consulte, si así lo desea), me gustaría enfocarme en la cuestión del poder de lo simbólico.
Durante mi intervención en la reunión cité el ejemplo de las ambulancias con sus sirenas prendidas que pasan por las calles. Ante la mirada un poco perpleja de la audiencia, sobre todo porque mi intervención tenía que ver más bien con el cómo íbamos a evaluar el proyecto de Arte Urbano en la Frontera, procedí a detallar el raro ejemplo. Cuando una ambulancia pasa con sus sirenas encendidas, la cultura mexicana prácticamente obliga a los testigos a hacer una acción: Persignarse. ¿Por qué sucede esto? Una interpretación antropológica sería que el testigo de la ambulancia pide a Dios que le dé salud y salve a la persona enferma dentro de la ambulancia, además, es una petición para que él mismo persignado sea protegido de la enfermedad.
Esta acción involucra a varios agentes sociales y símbolos. Primero, está el testigo que le pide algo a una divinidad, luego está el enfermo que es víctima de una circunstancia precaria, y por último, está la misma ambulancia que, además de su función social, cumple un cometido simbólico. Es fascinante cómo un objeto que efímeramente cruza una calle puede unir a dos completos extraños en un acto tan íntimo como lo es la vida y la muerte. Este es el poder de símbolos. En palabras del antropólogo Clifford Geertz, el símbolo tiene la habilidad de transformar nuestros estados anímicos y motivacionales con una sola mirada.
Después de esta breve explicación invité a la audiencia a preguntarse ¿Qué es más simbólico que el arte?, ¿qué tan poderoso es, que es capaz de unir a millones de extraños en un entramado de sentimientos íntimos? Esta capacidad de generar símbolos depende de un contexto social, además, como lo diría el antropólogo del arte, Alfred Gell, es también un creador de procesos sociales.
A manera de hipótesis, hay que pensar en pasos para poder contestar la pregunta de cómo el arte puede ser un impulsador del desarrollo económico y el bienestar social.
Primero tenemos que construir un distrito de arte que se vuelva un gran productor de símbolos artísticos. Esto sería gracias al apoyo de los mismos artistas, gestores, instituciones, ciudadanía y entusiastas. Luego, con el poder de los símbolos producidos, unir en momentos íntimos a millones de extraños que los admirarán a través de catálogos, revistas y publicaciones virtuales. Después nacerá la acuciante necesidad de estos mismos extraños de visitar o adquirir las obras. En algunos casos, la visita a los murales o esculturas de la frontera. Como un ciclo, la derrama económica creará más necesidad de profesionalizar artistas que expondrán sus símbolos.
Existen muchos pasos intermedios entre los expuestos anteriormente, pero creo que estamos iniciando de la manera correcta abriendo un diálogo con la comunidad para facilitar la comunicación de una región de símbolos. Creo que particularmente la frontera de los Nogales tiene el potencial de convertirse en un centro cultural y artístico muy importante a nivel mundial. Para esto tenemos que preguntarnos qué vamos a hacer y cómo lo haremos. Sobre todo, reflexionar sobre una filosofía del arte que nos lleve al desarrollo económico y al bienestar social.
Fuentes recomendadas:
González Pérez, Claudia Rocío, & Arriaga Navarrete, Rosalinda (2016). Efectos económicos del sector cultural en México. Análisis Económico, XXXI(77),219-246.[fecha de Consulta 11 de Mayo de 2022]. ISSN: 0185-3937. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=41345703010
Herrero Prieto, Luis César (2011). La contribución de la cultura y las artes al desarrollo económico regional. Investigaciones Regionales - Journal of Regional Research, (19),177-202.[fecha de Consulta 11 de Mayo de 2022]. ISSN: 1695-7253. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28918214010
Martínez Luna, Sergio (2012). La antropología, el arte y la vida de las cosas. Una aproximación desde Art and Agency de Alfred Gell. AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, 7(2),171-195.[fecha de Consulta 11 de Mayo de 2022]. ISSN: 1695-9752. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=62323322003
NIVÓN, EDUARDO, & ROSAS, ANA MARÍA (1991). Para interpretar a Clifford Geertz. Símbolos y metáforas en el análisis de la cultura. Alteridades, 1(1),40-49.[fecha de Consulta 11 de Mayo de 2022]. ISSN: 0188-7017. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74746342005
Piedras, Ernesto (2006). Industrias y patrimonio cultural en el desarrollo económico de México. Cuicuilco, 13(38),29-46.[fecha de Consulta 11 de Mayo de 2022]. ISSN: 1405-7778. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35103803