Yoga: una puerta a la salud mental en los albergues
Por Andrea Gómez
Soy instructora de yoga desde hace un tiempo, pero antes de ser parte del equipo de BYTE, no había tenido la oportunidad de trabajar con grupos en albergues para personas migrantes.
Es impresionante el aplicar las técnicas y ejercicios en personas mayormente ajenas a actividades deportivas y ver cómo en minutos su cuerpo empieza a responder automáticamente: su semblante se relaja, su flexibilidad se manifiesta y su postura se corrige. Personas que se unen en un momento y espacio y conectan con empatía, atención y placer a la práctica. Muchas veces la frase “Clase de yoga” no les mueve nada porque desconocen la práctica, además, desde su punto de vista, una hora de estiramiento es tiempo que pueden invertir en pendientes u obligaciones, y su intención primordial por meses, o quizás años, ha sido el emigrar a Estados Unidos buscando un mejor futuro y más oportunidades, tanto para ellos como para sus hijos.
El solo hecho de emprender su viaje en un factor detonante de emociones y estrés. Vienen en una peregrinación sin fecha ni hora de llegada, resistiendo el clima y un sinnúmero de incomodidades, forzando al cuerpo y a la mente a resistir y seguir. Así, la llegada al albergue es un alivio donde una seguridad momentánea se respira, la esperanza se refuerza, y el tomar una clase de Yoga o estiramiento corporal se vuelve cien por ciento restaurativo. Un par de respiraciones profundas y conscientes al iniciar la sesión evocan una totalidad, un ambiente de tranquilidad y se vive una conexión cuerpo–mente aquí y ahora.
El haber implementado yoga a estos sitios ha sido un gran acierto, ya que estas personas urgen de una relajación integral y la sesión se vive como un masaje terapéutico. Si conoces la práctica, sabes a lo que me refiero.
Mi experiencia en el albergue me ha mostrado su lenguaje corporal, miradas que dicen más de lo que muchas veces somos capaces de escuchar y observar; es para mí un deber abrirles el espacio para recostarse en relajación con un sentido de pertenencia y no de invasión.
La relajación consciente, efecto de una sesión, no es nada similar a irse a dormir en la noche. Es una liberación de energía y de hormonas que nos llevan a estados de regeneración y bienestar conscientes. He sido conmovida y afianzada en la práctica de lo básico, en la sencillez y la bondad del Yoga. Gracias por estar en el camino.