La percepción del arte

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Por Ángel Orozco

(English Version Bellow)

El deporte no es actividad que solo las personas que se dedican profesionalmente a él puedan realizar. Basta con ver el número de ligas amateurs (para todas las edades) que existen en Nogales de beisbol, basquetbol y futbol. Igualmente, las calles y las canchas de los barrios, antes de la pandemia, eran concurridas por niños, niñas y jóvenes, quienes se apropiaban de este espacio para practicar algún deporte solo por diversión y sin expectativas de convertirse en un atleta profesional. Socialmente el deporte es visto como una actividad benéfica que cualquier persona puede y debe realizar, además de ser una profesión muy respetada.  

Tristemente no se tiene la misma percepción con relación al arte y a las profesiones derivadas de este. De entrada, muy pocas personas aceptan la creación artística como una profesión, otras tantas, a lo mucho, lo aceptan como un pasatiempo, y si conocen a alguien que logra reconocimiento, trascendencia y fama suficiente como para vivir de la creación artística, de su obra, digamos una Frida Kahlo, Sor Juana, Mario Benedetti, Luis Buñuel, Bob Dylan o Lila Downs, asume que estas personas poseen una espiritualidad o sensibilidad que los eleva casi a un estatus de seres mitológicos, creando la percepción que el arte es una actividad que ofrece reconocimiento y estatus solo a seres especiales y estéticamente superiores. Patrañas.

El arte, al igual que el deporte, debe ser una actividad y experiencia democrática. La sociedad en general no solo debe tener acceso a los medios de información, sino que también debe tener la libertad de crear medios de comunicación ciudadanos; en cuanto al arte, los y las ciudadanas no solo deben tener acceso a los museos, galerías, bibliotecas, sino que debe tener acceso a la creación de obras artísticas, a talleres, cursos, diplomados, acceso a las herramientas y espacios que le ayudarán a ir más allá de ser solo espectador o espectadora, si así lo deciden. 

Los talleres deportivos y culturales que imparte BYTE no tienen como principal objetivo crear profesionistas del arte. BYTE busca democratizar estas actividades, acercarlas a la comunidad, a la infancia, a la juventud y a grupos sociales en situación de vulnerabilidad esperando entiendan el arte como la creación y apropiación de su discurso y su visión del mundo, lo que ayuda a entender y fortalecer su identidad, el diálogo y la empatía ante sus compañeros y compañeras, ante otros discursos e identidades.

El video que acompaña a este texto es una prueba que el arte es también un desahogo que expresa una manera de entender el mundo que nos rodea, de enfrentar cotidianidades que nos pueden lastimar o simplemente agobiar. La creadora de este trabajo audiovisual, Ana Lugo, expresa sus sentimientos e ideas tras verse obligada a terminar la preparatoria con clases en línea y sin una ceremonia de graduación, alejada abruptamente de sus amistades y familiares, además de ver a su padre salir a trabajar día a día a pesar de la pandemia, lo que nos regala una video-reflexión desde el punto de vista de una joven de 17 años, ejemplo de arte como sanación, catarsis, liberación,  empoderamiento y creación de un discurso.


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The art perception

By Angel Orozco

Sport is not an activity that only people who are professionally dedicated to it can do. Just look at the number of amateur leagues (for all ages) that exist in Nogales for baseball, basketball and soccer. Likewise, the streets and courts of the neighborhoods, before the pandemic, were crowded by boys, girls and young people, who appropriated this space to practice some sport just for fun and without expectations of becoming a professional athlete. Socially, sport is seen as a charitable activity that anyone can and should do, as well as being a highly respected profession.

Sadly, there is not the same perception in relation to art and the professions derived from it. To begin with, We can say that, there is a small percent of people that accept artistic creation as a profession, many others, at best, accept it as a hobby, and if they know someone who achieves recognition, transcendence and enough fame to make a living from artistic creation, their work, let's say a Frida Kahlo, Sor Juana, Mario Benedetti, Luis Buñuel, Bob Dylan or Lila Downs, assumes that these people possess a spirituality or sensitivity that elevates them almost to the status of mythological beings, creating the perception that art is an activity that offers recognition and status only to special and aesthetically superior beings. This is nonsense.

Art, like sport, should be a democratic activity and experience. Society in general must not only have access to the media, but must also have the freedom to create citizen media; Regarding art, citizens must not only have access to museums, galleries, libraries, but also have access to the creation of artistic works, workshops, courses, diplomas, access to tools and spaces that will help them to go beyond just being a spectator or spectator, if they so choose.

The sports and cultural workshops taught by BYTE are not primarily aimed at creating art professionals. BYTE seeks to democratize these activities, bring them closer to the community, children, youth and social groups in vulnerable situations, hoping they understand art as the creation and appropriation of their discourse and their vision of the world, which helps to understand and strengthen his identity, dialogue and empathy with his colleagues, with other discourses and identities.

The video that accompanies this text is proof that art is also an outlet that expresses a way of understanding the world that surrounds us, of facing daily life that can hurt us or simply overwhelm us. The creator of this audiovisual work, Ana Lugo, expresses her feelings and ideas after being forced to finish high school with online classes and without a graduation ceremony, abruptly estranged from her friends and family, in addition to seeing her father go out to work every day despite the pandemic, which gives us a video-reflection from the point of view of a 17-year-old girl, an example of art such as healing, catharsis, liberation, empowerment and creation of a discourse.


Caro IniguezComment